Estaban Paz (11) y Teo (9) jugando ajedrez mientras desayunaban, yo tomando mis mates matutinos en la otra punta de la mesa, el juego transcurría bastante apasionado, Paz iba ganando la partida .... cuando ocurrió lo esperado..... jaque mate!!!
Allí vino lo inesperado (para mi!!!) como si fuese una pieza más, Paz sacó al rey de Teo del tablero, pero como no querían dejar de jugar decidieron que el mejor de los "soldados" tomara el puesto del rey pero "no perdía sus capacidades de movimiento" según ellos este "soldado" había tenido un "asentimiento" (asenso) (palabra que me encantó) y no perdía sus capacidades porque según Teo el rey está viejito, por eso camina de a uno, en cambio la reina hace ejercicio por eso puede correr!!! y así continuaron su juego hasta que prácticamente se quedaron sin piezas-
Dónde cabe mi reflexión en todo esto?
Cuando ellos me cuentan las nuevas reglas del juego yo respondo: se nota que ustedes nunca vivieron una monarquía!! Al rey siempre lo sucede su hijo.
Para lo que ellos respondieron que elegían al que consideraban más capacitado.
En ese momento mi cabeza comenzó a pensar estilo torbellino, porque ellos no tenían jerarquías, de acuerdo a la situación en que el rey fuera derrotado sería elegida la pieza más conveniente para continuar el juego, que tomaba emoción nuevamente, y el objetivo ya no era ganar sino seguir divirtiéndose.
Trasladando esto a la vida cotidiana me dio mucha alegría ver todo este desarrollo, a mi jamás se me hubiera ocurrido cuestionar las reglas del AJEDREZ!!!, mucho menos reemplazar a un REY!!! y encima por alguien mejor dotado!!!!!
Todo esto me llevo a la reflexión que nuestros niños aceptan las limitaciones y ello no los hace sentir inferiores que nadie, pueden ser el rey o pueden ser el peón, lo importante es jugar lo mejor posible con las capacidades que cada uno tiene, las normas pueden mejorarse y todos tienen algo para ofrecer.
Qué feliz me hizo sentir ver estos valores en este simple hecho!!
Por supuesto que para ellos fue un simple juego y nada más, para mi fue la confirmación que estamos haciendo las cosas bien, que estamos por el camino correcto.
Así es como deseo que ellos resuelvan sus conflictos cuando sean grandes.
